A través de este itinerario meticuloso, el viaje nos conduce desde la sobriedad de Berna y los valles alpinos de Lucerna hasta las joyas de Milán, Verona, Rávena o el Lago di Garda, sin prisas ni sacrificios. El Bernina Express atraviesa los Alpes como un hilo conductor que une lo monumental con lo íntimo. Veremos la Última Cena de Leonardo frente a nuestros ojos, caminaremos sobre calles empedradas medievales, navegaremos lagos de postal y entraremos a iglesias que guardan siglos de civilización europea. Este no es un recorrido de postales: es una inmersión cultural precisa, profundamente pensada para quienes saben que viajar es entender las formas visibles y los hilos invisibles que han tejido Europa.